“...hay otra cosa más preciosa dentro de nosotras que lo que vemos por fuera: no nos imaginemos huecas en lo interior.”
 
  (STJ C 28,10)








Deberíamos confiar más en nosotros, en cultivar lo que guardamos en nuestro ser, lo que vivimos y nos hace personas, todo lo que nos va formando como somos, lo que sentimos y vivimos.

Si fueramos conscientes de esa grandeza y de la maravilla que hay en nuestro interior, nada podría dañarnos.

Cada persona es una obra de arte en su interior.

Y a la vez deberíamos mirar a la otra persona conscientes de lo grande que es lo que hay en su interior. Acercarnos al otro es tocar tierra sagrada, hay que hacerlo con mucha cautela, respeto y cariño.

El Espíritu Santo es la fuente inagotable de la vida de Dios en nosotros.

El hombre de todos los tiempos y de todos los lugares desea una vida plena y bella, justa y buena, una vida que no esté amenazada por la muerte, sino que pueda madurar y crecer hasta su plenitud. El hombre es como un caminante que, atravesando los desiertos de la vida, tiene sed de un agua viva, fluyente y fresca, capaz de refrescar en profundidad su deseo profundo de luz, de amor, de belleza y de paz.

¡Todos sentimos este deseo!

Y Jesús nos da esta agua viva: ella es el Espíritu Santo, que procede del Padre y que Jesús vierte en nuestros corazones.

 « yo he venido para que tengan Vida, y la tengan en abundancia», nos dice Jesús (Jn 10,10).

(Papa Francisco, Mayo 2013)

                                                     

“Solo quiero que estéis advertidas que, 
para aprovechar mucho en este camino y subir a las moradas que deseamos, 
no está la cosa en pensar mucho, sino en amar mucho y así lo que más os despertare a amar, eso haced. Quizá no sabemos qué es amar, y no me espantaré mucho; porque no está en el mayor gusto, sino en la mayor determinación de desear contentar en todo a Dios.”
                                                           Stj 4M 1,7  

El mundo espera con paciencia y urgencia nuestro amor, ese que se nos pide y se nos recuerda en tantas ocasiones porque en el amor encontraremos nuestra plenitud y nos hara vivir en la alegría.

Pero nos cuesta tanto... será por eso que en esta semana en que esperamos al Espiritu que se nos anunció y confiamos encienda en nosotros esa capacidad de amar "como El nos amó" podemos recordar un texto muy propio de Teresa de Jesús que con su claridad de palabra nos acerca de nuevo a esta clara necesidad.

 

Ven Espíritu Santo,

y envía desde el cielo

un rayo de tu luz.

Ven Padre de los pobres,

ven a darnos tus dones,

ven a darnos tu luz.

Que importante es esta semana para entender la necesidad del Espíritu, mira que Jesús nos lo anunció y en varias ocasiones, resuenan aquellas palabras de “permaneced en mi amor”.

Jesús se marcha y hay que dejar que se vaya, ya hizo lo que había venido a hacer, nos mostró un modo de vivir nuevo, “dar la vida por los amigos”, nos lo dijo y lo hizo. Y seguirá con nosotros si vivimos su Espíritu, si permanecemos en El.

Hemos de dejar que Jesús se marche y esta semana “sin Dios” darnos cuenta de la importancia de vivir unidos a Él, vivir el Espíritu santo.

"no se ha de permitir que quien comenzare de veras a amar a Dios y a servirle, deje de tratar con algunas personas sus placeres y trabajos, que de todo tienen los que tienen oración"

                                                                                                      stj V 7,20

Era Teresa una mujer muy humana y como tal vivía su vida, por ello sabía de primera mano que no por sentirse cerca de Dios, tratando con El de amistad uno deja de querer vivir con placeres y trabajos como otros seres humanos, pues no por dedicarse a la oración uno deja de ser persona y tener gusto por lo de este mundo.

Así que nos lo dice claramente en esta cita.

Con tan buenas palabras hoy Teresa nos recuerda algo que tan a menudo olvidamos en nuestro día a día, intentar hacer mejor el día para las personas que tenemos cerca, ella habla de "tratar" una palabra que ya poco se utiliza en el mismo sentido que ella le ponía, con esa fuerza que daba el trato con los demás.

Nosotros hablamos más de relación, pues ya está bien intentar agradar y contentar a las personas con las que nos relacionemos, claro, sin dejar de ser cada uno quién es y vivir como decida vivir, que para ello Teresa era gran amante de la libertad interior también.

"... no miran que aquellos bienes no son suyos, sino que se los dio Dios como a mayordomos suyos para que lo compartan con los pobres...“ 

(Santa Teresa de Jesús, Conceptos de Amor, 2,8). 




En estos días de campaña electoral y con todos los sucesos que a diario vivimos en nuestra sociedad, deberíamos recordar que somos gestores de bienes que no son nuestros, o como dice Teresa meros gestores de los recibido para compartirlo y dejarlo mejor de como lo encontramos para los que vendrán.

“Bendito seáis por siempre, 
que aunque os dejaba yo a Vos, 
no me dejasteis Vos a mí tan del todo, 
que no me tornase a levantar, 
con darme Vos siempre la mano; 
y muchas veces, Señor, no la quería, 
ni quería entender cómo muchas veces me llamabais de nuevo, como ahora diré”.
                                            Santa Teresa de Jesus V 6.9

“Aprovechábame a mí ver campo, agua o flores; en estas cosas encontraba yo memoria del Creador, quiero decir que me despertaban y me recogían y me servían de libro”.                       STJ (V 9, 5)





Quizás si contemplaramos más nuestro entorno, con ojos de sorpresa y admiración también nosotros podríamos despertar en nuestro interior esa capacidad de observar y agradecer internamente lo creado y tanto bien recibido.

Al observar la belleza natural que nos rodea, dejarse penetrar por los sonidos de la vida, por sus fragancias uno no puede más que maravillarse y querer guardarlos siempre abiertos en su interior.

Dediquemos un tiempo a esta contemplación.

Cada persona es una obra de arte y como tal debe ser contemplada. 
Y toda persona puede hacer con su vida una obra digna de ser reverenciada por él mismo y por los demás como algo único e irrepetible.

¿Cuantas veces hemos olvidado que cada uno somos obra de un artista? ¿y cuantas más que cada una de las personas que nos rodean lo son?

¿Un blog, Esther?

Buenas noches:

Nunca había pensado en la posibilidad de hacer un blog, seguramente ahora tampoco lo debo haber pensado demasiado pero creo que quiero compartir algunas de las cosas que vivo y que me hacen crecer unas porque las vivo desde la alegría y la confianza pero también porque otras me cuestan y una vez pasadas sé que pueden ser fuente de crecimiento y aprendizaje así que ¿por qué no compartirlas?

Pero además porque este año me he estado acercando a una persona que conocía poco y he descubierto su profundidad y su actualidad a pesar de que nació hace 500 años, Teresa de Cepeda y Ahumada.

Este acercamiento a la figura de Teresa de Jesús no tiene demasiado que ver con la razón ni siquiera con que mi educación fuera cercana a las teresianas, todo tiene más relación con pequeñas intuiciones que se dan en la vida y uno un día decide seguirlas para poder descubrir la grandeza que de ellas se desprende.

Teresa ha estado presente en muchos momentos de mi vida, de forma sutil, no la estudié, pero siempre que algo de ella leía o oía me resonaba en mi interior.

Desde el conocido “nada te turbe”, pasando por el “vuestra soy” o últimamente “alma buscarte has en mí” todos ellos me resonaban muy cercanos y muy acertados en una vida que se me acercaba tanto a determinadas situaciones propias que me interpelaba.

Ante esta sintonía decidí acercarme a la figura de Teresa de Cepeda y Ahumada, más que a la de la Santa, y descubrí que no se pueden separar, como en la vida misma, personalidad, carácter, psicología y espiritualidad forman un todo.

Así que de momento en este blog principalmente compartiré algunos textos que de forma personal he ido seleccionando, en alguna ocasión puede que haya algún comentario personal sobre el mismo o el porque de esa selección en ese momento.

Y seguramente aparecerán otros escritos a medida que el habito permita ir escribiendo sobre la cotidianidad.

Otro motivo puede ser dar un uso más público a las fotos que durante años he ido haciendo en distintas situaciones y que ahora puede ilustrar estos textos.

En fin, un intento de compartir en un espacio distinto, a ver a donde nos lleva...