Pinceladas Esther

Pinceladas Esther
La riqueza de cada casa está en la capacidad de sus habitantes y de dejarnos sorprender por la vida, cada situación requiere esfuerzo. Abrir cajar y armarios siempre remueve la historia compartida y prepara para lo que está por llegar.

martes, 18 de octubre de 2016

"Quizás no hablo su idioma, pero puedo sonreir"

Esta frase es de la Madre Teresa de Calcuta, me ha parecido una frase acertada para el momento que vivimos, un momento en que compartimos espacio con personas de tantos lugares, de culturas distintas, con idiomas diversos, ... pero también con personas que no es fácil entendernos con discursos muchas veces contradictorios. Un momento en que demasiadas personas pasan situaciones que no han buscado y les hacen sufrir.

Una sonrisa nos sitúa al mismo nivel que el otro, nos hace mirarnos el uno al otro de igual a igual, el que la recibe lo vive como un gesto de cercanía, y el que la da, lo hace de manera emocional, sin necesidad de pensar, sin tener que elaborar un discurso adecuado, simplemente sonríe. 
La sonrisa es un gesto de misericordia, si, de acercar al otro nuestro corazón como respuesta a su sentir. Una sonrisa posibilita un vinculo con aquel que tenemos al frente, muchas veces las palabras no hacen más que impedirlo.

Sonriamos a nuestros hermanos, a aquellos que nos encontramos en nuestro día a día para darnos la oportunidad mutua de construir algo un poquito mejor que lo que encontramos, aunque simplemente sea porque nos reconocemos mutuamente de tú a tú.

O simplemente, porque sonreír mejora el paisaje de nuestra sociedad y nos permite vivir de una manera más amable.