Pinceladas Esther

Pinceladas Esther
La riqueza de cada casa está en la capacidad de sus habitantes y de dejarnos sorprender por la vida, cada situación requiere esfuerzo. Abrir cajar y armarios siempre remueve la historia compartida y prepara para lo que está por llegar.

jueves, 13 de julio de 2017


Un nuevo paso en el camino


Son muchas las veces en que en la vida cambiamos de lugar, de entorno, de compañeros cotidianos,… por el motivo que sea.

Cada cambio supone un nuevo horizonte y a la vez también supone dejar atrás caras, historias, vidas… que durante un tiempo han formado parte de tu vida, en mayor o menor medida. 

“Los científicos dicen que estamos hechos de átomos, pero a mí me contó un pajarito que estamos hechos de historias” nos dice Eduardo Galeano.

Yo estoy convencida de esto último, mi vida está tejida de miles y miles de historias con las que he tenido el gozo de compartir camino en algún momento, no siempre ha sido fácil, y tampoco ha sido sencillo dejar atrás según que partes de mi vida y mucho menos personas.

Hoy de nuevo, hay que dar un paso, en este camino que inicié (no por voluntad) hace dos años, cuando sentí que salía de “mi lugar en el mundo”, sé que no fue así porque cada momento tiene un lugar, y sobre todo, porque mi vida es mi lugar en el mundo desde que mi opción es clara por estar acompañando a otras personas.

Muy consciente de la cita de Teresa de Jesús que tanto me acompaña “Sólo amor es el que da valor a todas las cosas; y que sea tan grande que ninguna le estorbe a amar, es lo más necesario”. (Excl. 5-2.). Nada fácil de vivir y no siempre bien entendida pero sabiendo que en ello se enraiza la autenticidad.

Dejarme interpelar por todo lo que me rodea, una opción en la que intento ser honesta y vivir en cada momento, una opción que me ha comportado mucha vida y alegría pero también mucho dolor.

No quiero ser ingenua y pensar que en este camino no he sembrado también momentos difíciles a los demás, pido perdón por ello, y confío en que la vida nos dé la oportunidad de resarcirnos y reprender el camino con fuerza y ánimo, conscientes de que de todo podemos aprender y mejorar.

Siento que con este paso finaliza un peregrinaje de dos años, en que he conocido otras realidades, en que he caminado junto a personas que han aportado una nueva visión, y también en que he confirmado que quiero estar con gente, convivir con ellos y ofrecernos mutuamente la oportunidad de enraizarnos profundamente a la vida y disfrutarla.

Continuar tejiendo historias…



No hay comentarios:

Publicar un comentario