Pinceladas Esther

Pinceladas Esther
La riqueza de cada casa está en la capacidad de sus habitantes y de dejarnos sorprender por la vida, cada situación requiere esfuerzo. Abrir cajar y armarios siempre remueve la historia compartida y prepara para lo que está por llegar.

sábado, 6 de enero de 2018





Aquella noche








Esta noche, la de Reyes,  es una de las más especiales del año, sí, todos mayores y pequeños tenemos aún esa sensación de nerviosismo  entre real e imaginario del que espera algo grande y está convencido que sucederá y eso pasa pocas veces.

Pues sí, gracias a aquellos tres sabios, reyes o no, que decidieron salir de su casa, siguiendo una estrella, que no sabían a donde les llevaría y les guió hasta estar delante de un niño, pero era alguien tan especial que les había hecho recorrer grandes distancias.

Una vez le vieron, le adoraron, seguramente porque reconocieron en él la realeza que a ellos se les había otorgado, y uno puede adorar si reconoce la grandeza de lo que tiene delante.

Reconocieron en aquel niño como nosotros podemos reconocer en tantas personas signos de presencia de Dios, y para ello uno ha de estar abierto a ello.

Y cuenta la historia que le entregaron regalos, porque no hay nada más esencial que saberse dar, sí, donarse, ofrecerse al otro, crear espacios de vida compartida, espacios que nos hagan crecer y ser nosotros mismos, pequeños espacios de luz en el mundo.

Y saber regresar, ellos por otro camino, porque después de una experiencia de profundo encuentro  uno regresa por otro camino, porque ya es otro.

Dejémonos impregnar por esta bella historia, de unos hombres que lo dejan todo por seguir una estrella y esto transformará sus vidas y la de muchos. 



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